sábado, 9 de febrero de 2013

DEPORTES// Las artes marciales un arma para humanizar


Por Andrès China


En la raíz de todas las artes marciales originarias se encuentra un denominador común: la preocupación por el perfeccionamiento de las virtudes del hombre.

Morihei Ueshiba, Fundador del Aiki-Do, dejó escrito “El verdadero guerrero siempre cuenta con tres armas: la radiante espada de la pacificación; el espejo de la valentía, la amistad y la sabiduría; y la piedra preciosa de la iluminación”.

Lo que ahora la mayoría conocemos como artes marciales es lo que nos ofrece Hollywood. Un conjunto de destrezas sobre humanas y exhibiciones acrobáticas espectaculares con un despliegue de fuerza y violencia extrema.

Sin embargo las artes marciales no fueron creadas para eso. Todas las disciplinas marciales más bien se preocupan por controlar el carácter, fomentar la madurez personal y agudizar el sentido de la justicia por medio del entrenamiento disciplinado y constante.

Choi Hong Hi, Fundador del Taekwon-do, dijo: “Desarrollando una mente honrada y un cuerpo fuerte, adquiriremos la autoconfianza para estar siempre al lado de la justicia”.  Gigoro Kano, Fundador del Ju-Do, también expresó: “La idea de considerar a los demás como enemigos no puede ser más que una locura y causa de regresión.”

Todos estos maestros enseñaban que las artes marciales poco tienen que ver con la violencia. Y que es el reconocimiento, por medio del entrenamiento, de nuestras propias debilidades y con ellas las de los demás, para así comprender a nuestros semejantes, descubriendo que la violencia proviene de nuestros propios miedos.

“Conocerse a sí mismo es estudiarse a sí mismo en acción con otra persona”, expresó una vez Bruce Lee,  confirmando que la interacción interpersonal que ofrecen las artes marciales pueden ser un camino para auto-reconocerse y fortalecerse.

“Lucirse es una forma tonta de obtener gloria”, opinó Lee en una oportunidad. Criticando la imagen violenta que proyectan las artes marciales actualmente.

Una persona entrenado bajo cualquier disciplina marcial cobra conciencia de su propia fortaleza, por ello evita las peleas, sabiendo que no debe aprovecharse de sus habilidades. En su interior conoce que la pelea ya está ganada y que una confrontación pudiera ser la causa de lesiones graves y la manera segura de ganar un enemigo.

“Dominar al enemigo sin luchar, esta sí es la más alta habilidad.” Gichin Funakoshi, Fundador del Karate-Do

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