Por Luisana Ramos/@Luverapi
Con información de Tnrelaciones.com

En estos días
ser hombre supone, construir una nueva identidad que permita tener relaciones
igualitarias, con las mujeres y también entre los hombres, se trata de dejar de
lado esa supuesta potencia que caracteriza al varón tradicional.
Hoy en día ser un hombre significa replantearse el modelo de masculinidad imperante, lo que en muchas ocasiones supone vivir en un dilema, el dilema por ejemplo de querer vivir con una mujer autosuficiente, liberada e independiente, pero a la vez que presten apoyo incondicional a sus necesidades y deseos masculinos, cosa que por otro lado no es incompatible, aunque en ocasiones lo pueda parecer.

Probablemente
los varones en su camino por llegar al nuevo concepto de masculinidad, tengan
que pasar por situaciones tan ásperas, como las que sufrimos las mujeres para
poder conseguir lo que ahora tenemos, y lo que nos queda por conseguir.
Todo esto no
significa que se vaya a vivir un mundo en el que no existan diferencias entre
hombres y mujeres ni mucho menos, los hombres tendrán que luchar contra el
antiguo concepto de dominación y afrontar las cuestiones que han heredado a lo
largo de los siglos en los que han tenido los privilegios y el poder.
Pero lo
verdaderamente importante, es que los hombres sean capaces de ampliar su
repertorio de pensamientos, actos y sentimientos, y que comiencen a superar el
recelo que produce el tránsito hacia la nueva masculinidad.

Los padres se
sienten más seguros en sus interacciones con los hijos y más afectuosos con
estos, en muchísimos casos, no sé si más por obligación o por convencimiento,
las cargas económicas se comparten entre los miembros de la pareja, y creo que
lo más importante, es que la comunicación en la pareja, está cambiando,
evolucionando hacia la igualdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario