Editado por Escape Men
Con información de El Universal.com
Enfrentar
la escasez al momento de preparar tres comidas diarias requiere de algo más que
creatividad. Necesita de conocimiento, para evitar deficiencias nutricionales y
poder cumplir, lo mejor posible, con la dieta recomendada. La nutricionista
clínica Judith Castellanos, del Servicio Médico Total (www.obesidadsmt.com),
habla de las sustituciones convenientes y de las porciones adecuadas
advirtiendo, sin embargo, que todo debe obedecer a la alimentación balanceada,
incluyendo una proteína en las tres comidas principales.
Si falta pollo
La
carne del desaparecido pollo es quizás una de las más fáciles de sustituir. El
valor proteico se repite en otros tipos de carne, como las rojas de res y
cerdo, otras blancas tipo pescado e incluso en pavo rebanado, queso o huevo.
Todas
las carnes son consideradas "proteínas de alto valor biológico",
porque contienen los aminoácidos necesarios y suficientes para el organismo. No
ocurre así, por ejemplo, con la soya o los granos.
Al
sustituirlo, debe colocarse una porción de carne de igual tamaño que la de
pollo que acostumbraban comer. "El valor proteico es el mismo",
explica la nutricionista. Eso no quiere decir, sin embargo, que las calorías y
el aporte de otros nutrientes, sea igual. La carne de res o cerdo, por ejemplo,
aporta más grasas pero no se puede reducir el tamaño porque también se estaría
disminuyendo las proteínas.
Lo
ideal es sustituir el pollo por pescado, porque ambas son carnes blancas, pero,
como es más costoso, se puede optar por otras opciones más económicas como
huevo sancochado o atún y sardinas.
Las
caraotas, solas, no son sustitutas de la carne de pollo. "Aunque poseen
más proteínas que los cereales como el arroz, para sustituir el valor proteico
de la carne requiere que se complemente con algún cereal y semillas como las
nueces", expresó Castellanos.
Si falta harina de maíz
La
harina precocida de maíz -también desaparecida de los anaqueles- es más
complicada de sustituir que la carne de pollo. No en el reemplazo de los
carbohidratos, sino en el manejo correcto de las porciones.
El
peso adecuado de una arepa -aunque esto no siempre se cumple- debería ser de 90
gramos. Sin embargo, esto no se sustituye con 90 gramos de pan canilla, por
ejemplo, que posee más carbohidratos en una porción de igual tamaño.
"El
pan artesanal contiene más grasas, pues se hace con manteca, aceite o
margarina. Una arepa de 90 gramos equivale a un cuarto de canilla, que pesa
cerca de 50 gramos", describe la nutricionista.
El
llamado pan de molde contiene menos grasas. Una arepa de 90 gramos puede reemplazarse
por dos rebanadas.
Sin
embargo, al ser un carbohidrato, la harina de maíz acepta que se sustituya por
cualquier otro, como torticas de arroz o una arepa de apio, "que es
incluso más saludable" y que se prepara sancochando el tubérculo y luego,
hecho puré, mezclándolo con muy poca cantidad de harina de trigo. Luego se
coloca normalmente en el budare o la plancha.
Si falta azúcar
El
papelón o la miel poseen el mismo valor nutritivo del azúcar refinado. La
diferencia radica en su capacidad para endulzar.
Al
ser refinado, el azúcar blanco endulza más con menor cantidad de producto. El
problema es que las personas colocan mayor cantidad de papelón o miel y, con
esto, aumentan la cantidad de calorías ingeridas.
Para
la nutricionista, los edulcorantes también pueden ser una opción para el café o
los jugos, pero debe ajustarse la porción necesaria según el gusto de cada cual
-pues endulzan hasta 600 veces más que el azúcar.
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