Editado por Escape Men
Con información de Men´s Health
El
estrés es considerado una bomba de tiempo y hay que aprender a desactivarla. A
continuación se enseña cómo hacerlo.
El
primer paso consiste en identificar lo que los expertos llaman “cogniciones”,
en nuestro caso, los “mitos masculinos” que favorecen este trastorno. Luego
habrá que recordar que no son verdades universales, sino creencias adquiridas,
y cambiarlos por pensamientos antídoto.
Mito masculino nº1
Tengo que ser un Superman
¿Qué
hombre no soñaba cuando era niño con ser sheriff o pirata? “La imagen del varón
como héroe aparece una y otra vez en leyendas, tradiciones y rituales de todos
los pueblos del mundo", detalla Walter Riso, psicólogo clínico y autor de
Enamórarte de tí. El valor imprescindible de la autoestima (Editorial Planeta,
2012). Pero intentar acercarse a este modelo ideal no sólo puede resultar
agotador, sino también muy deprimente si nuestras expectativas no se ajustan a
las posibilidades reales de alcanzar determinados objetivos. “Las aptitudes
organizativas, el liderazgo o el don de mando son virtudes que tienen algunos
hombres, pero en ningún caso son rasgos masculinos de los que todos disfrutamos
de forma genética”, advierte este experto.
Pensamiento antídoto
No necesitas ni ser un héroe ni tener todas
las respuestas
Intentar
controlar hasta el más mínimo detalle de tu vida es poco realista... y muy
peligroso. Es cierto que todos necesitamos, en mayor o en menor medida, sentir
que llevamos las riendas, pero, en ocasiones, hay que saber soltarlas y dejarse
llevar. “Supone un gran descanso. Tiene mucho que ver con saber aceptar las
propias limitaciones, y relajarse”, asegura Riso.
Mito masculino nº2
Todo el mundo es idiota (menos yo)
Reconozcámoslo:
hay demasiadas situaciones en las que te sientes superior a tu interlocutor. Y
en ocasiones lanzas una solución con absoluta seguridad y te crispas si el que
tienes delante no la sigue al pie de la letra. “La objetividad no existe y la
infalibilidad menos”, afirma tajante Vanesa Fernández, psicóloga y máster en
Intervención de la Ansiedad y el Estrés. “Por eso, siempre hay que buscar, o al
menos respetar, todas las respuestas posibles a un problema o a una situación
concreta”.
Pensamiento antídoto
Cada
uno entiende el mundo a su manera...
Cuando
alguien está convencido de que tiene respuestas y razones para todo (y además,
las correctas) es muy fácil que acabe borracho de autocomplacencia y pierda de
vista a las personas que le rodean. Para contrarrestar este aislamiento, hay
que “desarrollar la empatía, la capacidad de interiorizar el punto de vista de
la otra persona para entenderla mejor”, dice Fernández. Aunque no es tarea
fácil, es la única manera de conseguir no pasarse la vida peleado con el
mundo... o solo.
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