Por Francisco Rodríguez Arévalo /
@FranciscoJJRA
Creer que a todas las mujeres les gusta lo mismo. Cada cuerpo tiene sus propias particularidades: lo que a una mujer la excita, a otra la enfría, lo que a una le gusta, a otra puede resultarle molesto.
Acariciarla sólo en la cama. En general los hombres desconocen que una mujer, para sentirse sexualmente dispuesta, tiene que sentirse cortejada y seducida, no sólo cuando busca un encuentro sexual.
La cantidad es lo más importante. La mayoría de los hombres desconoce, que a la mayoría de las mujeres, les interesa mucho más la calidad del encuentro.
Pensar que la penetración lo es todo. Para muchos hombres el sexo consiste en penetrar, creencia proveniente de aquel mito según el cual "la mujer solo alcanza el orgasmo con el coito". Sin embargo, la mayoría de las mujeres no pueden alcanzar el orgasmo sólo por la penetración, muchas mujeres manifiestan, que para lograr un buen encuentro sexual, necesitan besos y caricias, en distintas partes del cuerpo (brazos, piernas, abdomen, glúteos, senos, etc.).
Querer que sea como en las películas porno. Lo que se ve en ellas, no es real, es una fantasía.
A mayor tamaño, más placer para la mujer. No es así porque las paredes de la vagina están formadas por músculos elásticos, que se adaptan al tamaño del pene, y, además, la zona más sensible de la cavidad vaginal se encuentra en los dos primeros centímetros y en los labios vulvares.

Si no goza, es por mi culpa. Muchos hombres piensan que deben iniciar la relación sexual, guiar a su compañera, garantizar que disfrute y que llegue al orgasmo. Pero esto parte del prejuicio de que la mujer es pasiva en el sexo.
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